1,1 (a) 

    Trascripción de una palabra griega que significa «Buena Nueva»; es la venida, en la persona de Cristo, 1,1, del reinado de Dios, 1,14-15; Mt 4,23, que va a remplazar al de Satán, Mt 4,17+, causa de todos los males que se abaten sobre el mundo. Después de Cristo, sus discípulos proclamarán el evangelio al mundo entero, 13,10; 14,9. Creer en el evangelio exige arrepentimiento, 1,15, y renuncia, 8,35; 10,29. Predicada primero, y luego puesta por escrito poco a poco, esta Buena Nueva ha quedado fijada en nuestros cuatro evangelios canónicos; ver Introd.-Término técnico en Mc y Mt, que se transcribe siempre por «Evangelio», no es utilizado nunca por Lc, que prefiere el verbo derivado de él, tomado de Is 61,1+,. ver Lc 4,17-19; 1,19+, y que se traduce mejor por «anunciar la Buena Nueva». 

 

 

 

 

 

 

1,1 (b) 

    Trascripción de una palabra griega que significa «Ungido». Se aplica ante todo a aquel que ha recibido la unción real, Sal 2,2; Mc 1,9+. Los dos títulos, de «Cristo» y de «Mesías», son equivalentes, Jn 1,41.

 

 

 

 

 

 

1,1 (c) 

    Este título no indica una filiación de naturaleza, sino simplemente una filiación adoptiva, Mt 4,3+, que expresa una protección de Dios sobre el hombre a quien declara «hijo suyo», Sb 2,18, especialmente sobre el rey a quien ha elegido, 2 S 7,14-16; Sal 2,7.

-Orn.: «hijo de Dios».

 

 

 

 

 

 

1,6 

    Var.: «Juan llevaba un vestido de piel de camello y un cinturón de cuero a sus lomos, ver Mt 3,4.

 

 

 

 

 

 

1,9 

    Al recibir el Espíritu, Jesús es «ungido», 1,1+; como rey sobre el nuevo pueblo de Dios, 1 S 16,13; Jc 3,10. Esto es lo que la voz celeste le declara, citando Sal 2,7, ver Lc 3,22, completado por Is 42,1: Jesús es también el «Siervo» que va a enseñar el derecho a las naciones. Para describir la escena, Mc se inspira en Is 63,11 .19: Jesús es presentado como un nuevo Moisés, ver Ex 2,1ss; Nm 11,17. En Mt 3,17, la voz celeste ya no se dirige a Jesús sino a la gente. Según Jn 1,34-35, es el Bautista quien ve al Espíritu bajar sobre Jesús y quien proclama a la gente su verdadera personalidad.

 

 

 

 

 

 

1,12 

    Mc omite o desconoce el detalle de las tres tentaciones, que Mt y Lc deben a otra fuente. La mención de los animales del campo evoca el ideal mesiánico, anunciado por lo profetas, de una vuelta a la paz paradisíaca, ver Is 11,6-9+, asociada al tema del retiro en el desierto, ver Os 2,16+. El servicio de los ángeles expresa la protección divina, ver Sal 91,11-13, texto utilizado aquí mismo por Mt 4,6p.

 

 

 

 

 

 

1,15 

    Hablar de cumplimiento es suponer que hay una continuidad que enlaza las etapas del designio de Dios, 1 R 8,24; Sb 8,8; Hch 1,7+, etc., y que los hombres tienen conocimiento de ello. Al iniciarse la última de las etapas, Rm 3,26+; Hb 1,2+, etc., se han «cumplido» los tiempos, Ga 4,4+; ver 1 Co 10,11; no sólo las Escrituras, Mt 1,22+, y la Ley, Mt 5,17+, sino también toda la economía de la Alianza antigua llevada por Dios hasta su plenitud, Mt 9,17; 26,28+; Rm 10,4; 2 Co 3,14-15; Hb 10,1 .14; etc. Al final de este último período de la historia, 1 Co 10,11; 1 Tm 4,1; 1 P 1,5 .20;  1 Jn 2,18, que es «el fin de los tiempos», Hb 9,26, vendrá otro fin, el «del tiempo», Mt 13,40 .49; 24,3; 28,20, es decir, el Día, 1 Co 1,8+; ver Am 5,18+, de la venida de Cristo, 1 Co 15,23+, de su Revelación, 1 Co 1,7+, y del Juicio, Rm 2,6+; ver Sal 9,5+.

 

 

 

 

 

 

1,16 

    Este relato se inspira literariamente en 1 R 19,19-21; llamamiento de Eliseo por Elias. Jesús es presentado como nuevo Elías, ver Lc 7,15 que cita 1 E 17,23.

 

 

 

 

 

 

1,17 

Lit.; venid detrás de mi. Aquellos a quienes Jesús llama para que le sigan, 1,20; 2,14p; Mt 19,21p .27-28; Lc 9,57-62; ver ya Dt 13,3 .5; 1 R 14,8; 19,20; etc., para participar de su destino, deben dejarlo todo, 10,21 .28p, estar dispuestos para el sufrimiento y la cruz, Mt 10,38p; 16,24p; ver Jn 12,24-26. Pensamientos afines se expresarán también, para los discípulos que no conocieron a Jesús en la tierra, con los términos de comunión, Flp 3,10; 1 Jn 1,3+, etc., o imitación, 2 Ts 3,7+.

 

 

 

 

 

 

1,21 

    Jesús, por el Espirito que ha recibido en su bautismo, inaugura su misión tal como le ha prescrito la voz del cielo, 1,9+. Él enseña, como el Sierro de Is 42,1-4; a expulsar los espíritus inmundos, agentes de Satán, pone de manifiesto que despoja a éste de su poder regio, ver Lc 10,18-19; Jn 12,32+; Ap 12,9-11.

 

 

 

 

 

 

1,23 

    El judaísmo, ver Za 13,2, calificaba así a los demonios forasteros y también hostiles a la pureza religiosa y moral que exige el servicio de Dios; ver también 3,11 .30; Mt 10,1; 12,43; Lc 4,33 .36, etc.

 

 

 

 

 

 

1,24 (a) 

    Lit.; ¿Qué a nosotros y a ti?, ver Jn 2,4+.

 

 

 

 

 

 

1,24 (b) 

    Estas palabras son un eco de las que la viuda de Sarepta dirige a Elías, 1 R 17,18; Jesús es comparado de nuevo con este profeta, 1,16+.

 

 

 

 

 

 

 

1,24 (c) 

    Santo, significa consagrado, separado. El espíritu inmundo reconoce en Jesús al profeta consagrado por Dios para su misión, Jr 1,5; Jn 6,69+; 10,35-36, gracias al Espíritu que ha recibido, Is 61,1ss. Ver Lc 1,35; Hch 2,27; 3,14; 4,27-30; Ap 3,7.

 

 

 

 

 

 

1,27 

    La enseñanza de Jesús y los milagros que la acompañan provocan la admiración y obligan a los espectadores a preguntarse: ¿Quién es este Jesús de Nazaret?» Esta pregunta recorre toda la primera parte del evangelio, 1,34; 2,12; 3,12; 4,41; 5,42; 6,2-3 .14-16; 7, 37; ver 1,25 .34; 3,11; Pedro le dará finalmente la respuesta: Él es el Cristo, 8,29.

 

 

 

 

 

 

1,29 

    Var.: se fueron.

 

 

 

 

 

 

1,34 

    A los demonios, 1,25 .34; 3,12, como a los favorecidos con algún milagro, 1,44; 5,43; 7,36; 8,26, y hasta a los apóstoles, 8,30; 9,9, Jesús impone, respecto de su identidad mesiánica, una consigna de silencio que no se levantará hasta después de su muerte, Mt 10,27+. Como el vulgo se hacia por entonces, respecto del Mesías, una idea nacionalista y bélica muy distinta de la que Jesús quería encarnar, se veía obligado a usar de mucha prudencia, al menos dentro de Israel, ver 5,19, para evitar molestos errores sobre su misión, ver Jn 6,15; Mt 13,13+. Esta consigna del secreto mesiánico no es una tesis artificial inventada después por Marcos, como algunos han afirmado, sino que responde a una actitud histórica de Jesús; sólo que Marcos la ha convertido en tema de su preferencia. Fuera de Mt 9,30, Mt y Lc no tienen esta consigna más que en los paralelos con Mc; y muchas veces incluso la omiten.

 

 

 

 

 

 

1,38 

    Salido de Cafarnaún, v. 35, tal es el sentido inmediato. Pero otro sentido más profundo podría referirse a la salida de Jesús de junto a Dios, Jn 8,42; 13,3; 16,27s .30. Ver Lc 4,43.

 

 

 

 

 

 

1,40

    Al parecer Mc ha completado, basado en los paralelos de Mt y Lc, un relato más antiguo en el que Jesús, encolerizado, v. 41, despacha al leproso sin curarlo, v. 43, porque éste había quebrantado la norma dada a los leprosos de no mezclarse con las otras personas, Lv 13,41-46; ver 17,12.

 

 

 

 

 

 

1,41 

    Var.:»Compadecido».

 

 

 

 

 

 

2,5 

    Siendo el pecado una ofensa hecha a Dios, solo a Dios pertenece perdonar los pecados, Is 1,18+. Según un modo de hablar corriente en el mundo semítico, la forma pasiva empleada por Jesús en el v. 5 indica que es Dios quien perdona los pecados al paralítico; Jesús no hace más que declarar este perdón divino. Se equivocan los judíos al reprocharle que pretenda igualarse a Dios, como subraya Mt 9,8; ver Jn 20,23; Mt 16,19; 18,18. Igual acusación falsa de parte de los judíos en Jn 10,31-36.

 

 

 

 

 

 

 

2,13 

    El mar de Galilea o lago de libertades.

 

 

 

 

 

 

 

2,23 

    El delito de los discípulos no es para Mc, como para Mt y Lc, el de recoger espigas para mitigar su hambre, sino el de arrancarlas para abrirse camino. Con esta versión del hecho, parece que Mc quiso hacer más comprensible el delito para lectores puco duchos en casuística judía; les era tan evidente que el recoger unas espigas no era "segar", como que no se debía asolar un sembrado para atravesarlo. Esta nueva versión no concuerda bien con el resto del relato que Mc no ha modificado.

 

 

 

 

 

 

2,26 

    El sumo sacerdote de 1 S 21,2-7 era en realidad Ajimélek. A su hijo Abiatar (Ebiatar) se le nombra aquí por su mayor celebridad como sumo sacerdote del tiempo de David, 2 S 20,25, o bien Mc sigue alguna tradición divergente que hacia de Abiatar el padre de Ajimélek (2 S 8,17 hebr.).

 

 

 

 

 

 

2,27 

    Este versículo, que falta en Mt y Lc, pudo ser añadido por Mc en una época en que el nuevo espíritu del cristianismo había relativizado definitivamente la obligación del sábado; ver Lc 5,39+. 

 

 

 

 

 

 

 

3,6 

En los herodianos se ha de ver, más que funcionarios propiamente dichos, judíos políticos, incondicionales de la casa de Herodes Antipas, tetrarca de Galilea, ver Lc 3,1+, y con influencia ante él, ver Mt 22,16+.

 

 

 

 

 

 

 3,7 

    Puntuación  incierta. Se puede unir "también de Judea... y Sidón", a lo que precede o a lo que sigue. 

 

 

 

 

 

3,14 

    El número de los nuevos jefes del pueblo elegido debe ser el de doce, como antes las tribus de Israel. Esta cifra quedará restablecida después de la defección de Judas, Hch 1,26, para ser conservada eternamente en el cielo, Mt 19,28p; Ap 21,12-14+.

 

 

 

 

 

 

3,19 

    Mc ignora el discurso que refieren Mt 5-7 y Lc 6,20-49, procedente de una fuente particular.

 

 

 

 

 

 

 

3,30 

    Atribuir al demonio lo que es obra del Espíritu Santo, es no admitir la luz de la gracia divina y el perdón que se sigue. Esta actitud, por su naturaleza misma, deja a uno fuera de la salvación. Pero la gracia puede cambiar esta actitud, y en tal caso es posible una vuelta a la salvación. Ver nota a 1,23.

 

 

 

 

 

 

4,8 

    Var. (Vulg.): "dieron fruto que crecía y desarrollaba".

 

 

 

 

 

 

4,12 

Esta conjunción (evitada por Mt) expresa una finalidad escriturística: "Para que se cumpliera la Escritura que dice..."

 

 

 

 

 

 

4,13 

    Este tema de los apóstoles que no comprenden las palabras o las obras de Jesús es especialmente subrayado por Mc 6,52; 7,18; 8,17-18 .21 .33; 9,10 .32; 10,38. Fuera de algunos paralelos (Mt 15,16; 16,9 .23; 20,22; Lc 9,45) y Lc 18,34; 24,25 .45, Mt y Lc lo omiten casi siempre, o incluso lo corrigen; comparar Mt 14,33 con Mc 6,51-52, y ver Mt 13,51. Ver Jn 14,26+.

 

 

 

 

 

 

4,21 

    Mc, seguido por Lc, ha reunido aquí, vv. 21-25, cuatro pequeñas parábolas del género masal, que pueden interpretarse de diversas maneras según el contexto en el que se las utilice. En el contexto presente, todas ellas pueden considerarse relacionadas con la enseñanza de Jesús, luz a la que se debe hacer que brille, y de lo que son responsables de algún modo los beneficiarios.

 

 

 

 

 

 

4,29 

    El Reino de Dios incluye en sí mismo un principio de desarrollo, una fuerza secreta que le llevará hasta su total perfección. 

 

 

 

 

 

 

4,40 

    Var.; "¿Aún no tenéis fe?"

 

 

 

 

 

 

5,1 

    La ciudad de Gerasa, la actual Jerash, está situada a más de 50 kms del lago de Tiberíades, lo cual hace imposible allí el episodio de los puercos. Es posible que Mc haya fundido dos episodios distintos. Según el primero, Jesús habría realizado un simple exorcismo en la región de Gerasa, vv. 1-8 y 18-20. Según el segundo, ver Mt 8,28-34, Jesús manda los demonios a los puercos, que se precipitan en el lago.

 

 

 

 

 

 

5,30 

    Esta fuerza es concebida como un efluvio físico que obra las curaciones, ver Lc 6,19, por medio del contacto: ver 1,41; 3,10; 6,56; 8,22.

 

 

 

 

 

 

5,33 

    Además de su carácter humillante, esta enfermedad ponía a la mujer en estado de impureza legal, Lv 15,25.

 

 

 

 

 

 

5,37 

    Los mismos que serán testigos privilegiados de la Transfiguración, 9,2, y de la agonía, 14,33; ver 1,29; 13,3.

 

 

 

 

 

 

 

 

 5,41 

    Estas palabras son arameas, lengua que hablaba Jesús.

 

 

 

 

 

 

    Al igual que el episodio paralelo de Lc 4,16ss, ver allí la nota, este relato ha sufrido una transformación; de favorables como eran, los oyentes se vuelven bruscamente hostiles.

 

 

 

 

 

 

 

6,3 (a) 

    Y no el "hijo del carpintero", Mt 13,55; la expresión de Mc considera mejor el nacimiento virginal de Jesús.

 

 

 

 

 

 

6,3 (b) 

    Var.; José o Josefo.

 

 

 

 

 

 

6,8 

    Según Mt y Lc, ni siquiera bastón. En Mc, sandalias y bastón evocan el texto de Ex 12,11

 

 

 

 

 

 

6,14 

    Var.; Decía él.

 

 

 

 

 

 

6,20 

    Var. (Vulg.); hacia muchas cosas. -Otra traducción (menos probable) de toda la frase; ... le protegía; le escuchaba, le planteaba toda clase de problemas y le escuchaba con gusto.

 

 

 

 

 

 

6,45 

    Adic.: "a la otra orilla", tomada quizás de Mt 14,22.

 

 

 

 

 

 

    La sección que va desde 7,1 hasta el segundo relato de la multiplicación de los panes, 8,1ss, trata de la llamada de los gentiles a la salvación. Ver Introducción.

 

 

 

 

 

 

7,3 

    Traducción dudosa. Lit.; con el puño.

 

 

 

 

 

 

7,4 

    Var.; hacen aspersión. -Otra traducción; «No comen lo que viene del mercado antes de haberlo asperjado.

 

 

 

 

 

 

7,5 

    La tradición de los antepasados comprendía estos preceptos y prácticas que los rabinos habían añadido a la ley de Moisés, incluso asegurando que procedían por vía oral del gran legislador.

 

 

 

 

 

 

7,11 

    Korbán, palabra aramea que significa ofrenda y especialmente ofrenda hecha a Dios. Ver Mt 15,6+.

 

 

 

 

 

 

7,16

     Om. v.16.

 

 

 

 

 

 

7,17 

    Parábola en el sentido del  masal hebreo, que a veces no es sino una sentencia lapidaria y enigmática.

 

 

 

 

 

 

7,19 

    Lit.; «purificando todos los alimentos. Miembro de frase oscuro (glosa, quizá) y diversamente interpretado.

 

 

 

 

 

 

7,24 (a) 

    Este episodio es paralelo al de la curación del hijo del centurión, Mt 8,5ss y Lc 7,1ss; Jesús realiza una curación en favor de un gentil o de una gentil; pero cura a distancia, por el poder de su palabra, porque no estaba permitido a un judío entrar en casa de un gentil.

 

 

 

 

 

 

7,24 (b) 

Adic.; "y de Sidón", ver Mt 15,21.

 

 

 

 

 

 

 

7,26 

    "griega", no de raza, puesto que era sirofenicia, sino de cultura, es decir, aquí gentil; ver Jn 7,35; Hch 16,1.

 

 

 

 

 

 

    Mientras que la primera multiplicación de los panes, Mc 6,31-44, se hace en favor de los judíos, la segunda beneficia a los gentiles, Mt 14,13+. Ésta tiene lugar en la Decápolis, 7,32. Las siete espuertas evocan a las naciones de Canaán, Hch 13,19 y a los siete diáconos helenistas, Hch 6,5. Los que han tenido "de lejos"  v. 3, son los gentiles, Hch 2,39; 22,21; Ef 2,13 .17; ver Jos 9,9. Ya no quedan relegados a comer las migajas que caen de la mesa de los hijos del reino, 7,27-28.

 

 

 

 

 

 

8,10 

    Nombre de una localidad desconocida, como Magadan de Mt 15,39; o quizá trascripción de una expresión aramea mal identificada.

 

 

 

 

 

 

8,12 

    La negativa de todo signo, en Mc, se considera a menudo como más primitiva que la promesa del "signo de Jonás" en Mt y Lc. Puede suceder, sin embargo, que Mc haya omitido una evocación bíblica que podía no ser captada por sus lectores, y que Jesús haya prometido realmente ese signo, para anunciar el triunfo de su liberación final, tal como lo dejó bien claro Mt, ver Mt 12,39+.

 

 

 

 

 

 

8,21 

    Es una invitación a los discípulos a superar sus preocupaciones materiales para pensar en la misión de Jesús, ilustrada por sus milagros.

 

 

 

 

 

 

8,22 

    Este episodio prepara el de la profesión de fe dc Pedro, 8,27ss. La curación es lenta y se hace en dos tiempos, para mostrar lo difícil que le resulta a la gente ver quien es realmente Jesús de Nazaret, Jn 9,39-44. 

 

 

 

 

 

8,24 

    También se traduce: "que empezaba a ser".

 

 

 

 

 

 

8,27 

    Durante toda la primera parte del evangelio, viene planteándose la cuestión de quien es Jesús de Nazaret, 1,27+. En razón de su enseñanza de los prodigios que obra, se presiente su personalidad misteriosa, v. 28, pero sólo Pedro da la verdadera respuesta, v. 29.-»Tu eres el Cristo», es decir el Rex mesiánico. Dada la incomprensión de los discípulos, 4,13+, subrayada por Jesús mismo, 8,17-21, Pedro no ha podido hacer esta profesión de fe, sino en virtud de una revelación divina, Mt 16,17.

 

 

 

 

 

 

8,33 

    Lo que los discípulos no comprenden no es ya la verdadera personalidad de Jesús, 4,13+, sino el misterio de su muerte. La idea de un Cristo-Rey que tenga que morir les escandaliza porque ignoran lo que es la resurrección, 9,10 .32.

 

 

 

 

 

 

9,2 

    Este episodio cierra la primera parte del evangelio y hace inclusión con la escena del bautismo de Cristo, 1,9-11+: en ambos se oye la misma voz celeste, aludiendo a Sal 2,7 y a Is 42,1, pero, en el bautismo, se dirigía sólo a Cristo, y aquí se dirige a los tres discípulos presentes, como para confirmar la profesión de fe de Pedro. En la escena del bautismo, Jesús aparecía como un nuevo Moisés; lo mismo aquí, como subraya la voz celeste al decir: "Escurhadle", Dt 18,15. El monte alto, donde Cristo se transfigura, v. 2, evoca el Sinaí, donde Moisés se encontró con Dios y de donde bajó con el rostro irradiando la gloria divina, Ex 34,29-30. La nube que cubre a los discípulos con su sombra evoca el texto de Ex 40,38. Se comprende así por qué, después de la Transfiguración, Jesús se ocupa más de la formación de sus discípulos, 9,30-31, y les da algunos principios de una ética cristiana, 9,35-10,43.

 

 

 

 

 

 

9,14 

    Var.: "vieron ".

 

 

 

 

 

 

9,29 

    Var.: "con la oración y el ayuno".

 

 

 

 

 

 

9,42 

    Adic.: "en mi".

 

 

 

 

 

 

9,43 

    Los vv. 44 y 46 (Vulg.), simples repeticiones del v. 48, se deben omitir con los mejores mss.

 

 

 

 

 

 

9,49 

    El fuego que sala se entiende o bien del castigo que castiga a los pecadores conservándolas, o mejor del fuego que purifica a los fieles (prueba, juicio de Dios) para convertirlos en víctimas agradables a Dios, ver Lv 2,13 (a lo cual alude una adir.: "y toda victima será salada con sal" ). El v. 50, ver Mt 5,13, parece haberse puesto aquí por la simple afinidad de la palabra "sal". 

 

 

 

 

 

 

10,7 

    Adíc.: "y se adherirá a su mujer", ver Gn 2,24 y Mt 19,5.

 

 

 

 

 

 

10,12 

    Esta cláusula es reflejo del derecho romano, porque el derecho judío solamente concedía el derecho de repudio al hombre y no a la mujer.

 

 

 

 

 

 

10,24 

    Riquezas y prosperidad se consideraban como señales de bendición divina, ver la Introducción a los libros sapienciales. 

 

 

 

 

 

10,37 

    Cuando triunfes como Rey mesiánico.

 

 

 

 

 

 

10,38 

    Como la copa que va a beber, ver 14,36, el bautismo que va a recibir es una imagen de la Pasión cercana: según la fuerza original del término griego "bautizar", Jesús será "sumergido" en un abismo de sufrimientos.

 

 

 

 

 

 

 

10,51 

    En arameo: "Mi maestro", o "Maestro"; ver Jn 20,16.

 

 

 

 

 

 

11,12 

    Los evangelios sinópticos presentan aquí un orden diferente, que habrá de explicarse por la evolución literaria de la tradición. Por una parte, la entrada en Jerusalén y la expulsión de los vendedores del Templo, que Mt y Lc ponen el mismo día, aquí se distribuyen en dos días y las separa el episodio de la higuera maldita. Por otra, la higuera seca (y también su maldición en Mt) la incluye aquí Mc entre la expulsión de los vendedores del Templo y la discusión sobre la autoridad de Jesús, dos perícopas que primitivamente debieron sucederse sin interrupción, ver Jn 2,14-22. Estas divergencias se explican si el episodio de la higuera ha sido incluido posteriormente en un argumento primitivo (nótese que falta en Lc), y ello en dos fases: primero la maldición, luego el hecho de secarse, adición posterior que ha pretendido sacar de la maldición, que así tuvo efecto, una lección sobre la eficacia de la oración hecha con fe. Esta lección sólo en Mc ha introducido además, por asociación verbal, un logion sobre el perdón de las ofensas, que Mt emplea con ocasión del Padre nuestro, Mt 6,14.

 

 

 

 

 

 

11,17 

    Sólo Mc entre los Sinópticos cita, y sin duda intencionadamente, las últimas palabras del texto de Isaías, que anuncian la extensión universal del culto mesiánico.

 

 

 

 

 

 

11,25 

    Adic. v. 26; "Mas si vosotros no perdonáis, tampoco vuestro Padre que está en los cielos perdonará vuestras ofensas", ver Mt 6,15.

 

 

 

 

 

 

12,26 

    Allí donde se refiere el episodio de la zarza ardiendo.

 

 

 

 

 

 

12,29 

    El monoteísmo es tan intransigente en el NT como en el Judaísmo. Aquí se apoya, en labios de Jesús, en el Sema, Dt 6,4-5+. Pablo exhortará a los gentiles a "volverse" al único Dios vivo, Hch 14,15+: 1 Ts 1,9+; ver 1 Co 8,4-6; 1 Tm 2,5. Para él, toda la obra de Cristo Jesús arranca de Dios y en él acaba, porque la transforma en su propia gloria, Rm 8,28-30; 16,27; 1 Co 1,30; 15,28 .57; Ef 1,3-12; 3,11; Flp 2,11; 4,19-20; 1 Tm 2,3-5; 6,15-16: ver Hb 1,1-13; 13,20-21; etc. El evangelio de Jn expresa el asunto de otro modo: Jesús viene del Padre, 3,17+(?) .31; 6,46, etc., y va al Padre 7,33; 13,3; 14,6+.

 

 

 

 

 

 

12,32 

    vv. 32-34; este añadido inesperado, en el que el escriba se ve felicitado por haber repetido simplemente las palabras de Jesús, es una adición tomada de una tradición paralela a los vv. 28-31, y cuya forma literaria más bien recuerda a Lc 10,25-28.

 

 

 

 

 

 

12,41 

    La sala del Tesoro, en el recinto del Templo, tenía, pues, un cepillo exterior para recibir las ofrendas.

 

 

 

 

 

 

13 

    A diferencia del discurso de Mt que, a la perspectiva de la ruina de Jerusalén y del Templo, añade la del fin del mundo, ver Mt 24+, el discurso de Mc más bien ha conservado la orientación primitiva, que solamente se refiere a la ruina de Jerusalén. Muchos críticos creen ver en ello un pequeño apocalipsis judío inspirado en Daniel, vv. 7-8 .14-20 .24-27, completado con palabras de Jesús, vv. 5-6 .9-13 .21-23 .28-37. Nada hay en estas palabras, ni en el pequeño apocalipsis judío en que se basa, que anuncie otra cosa que la crisis mesiánica inminente y la liberación esperada del pueblo elegido, que de hecho se ha producido con la ruina de Jerusalén, la resurrección de Cristo y su venida en la Iglesia.

 

 

 

 

 

 

13,24 

    Los prodigios cósmicos sirven en el lenguaje tradicional de las profecías (ver las referencias marginales, aquí y en Mt 24,29-31) para describir las intervenciones poderosas de Dios en la historia, aquí la crisis mesiánica seguida del final triunfante del pueblo de los santos y de su jefe el Hijo del hombre. Nada hay que obligue a aplicarlos al fin del mundo, como a menudo se hace a causa del contexto que les ha dado Mt, ver Mt 24+.

 

 

 

 

 

 

13,35 

    Estas cuatro vigilias dividían la noche, ya que cada una de ellas era de tres horas.

 

 

 

 

 

 

14,3 

    Mc concreta, con Jn 12,3, la calidad del perfume: nardo, extracto de una planta aromática de la India, y sólo él da el detalle de que la mujer quiebra el frasco para derramarlo más abundantemente y más deprisa, gesto de afectuosa prodigalidad.

 

 

 

 

 

 

14,12 

    Según Mt, Jesús daba a conocer su decisión al morador de Jerusalén a cuya casa él mismo se invitaba; según Mc, una señal llevará a los discípulos delegados a una sala que encontrarán completamente preparada. Aunque señal y preparación pudieron haberse ya convenido de antemano, su presentación literaria, inspirada en 1 S 10,2-5, da a la escena una aureola de presencia sobrenatural. Obsérvese además que la estructura del episodio se parece mucho a la preparación de la entrada mesiánica, Mc 11,1-6.

 

 

 

 

 

 

14,36 

    Abba es un nombre arameo que, en labios de Jesús, expresa la familiaridad del Hijo con el Padre, ver Mt 11,25-26p; Jn 3,35; 5,19-20; 8,28-29, etc. Por eso será puesto en boca de los cristianos, Rm 8,15; Ga 4,6, a los que el Espíritu, Rm 5,5+, hace hijos de Dios, Mt 6,9; 17,25+ ; Lc 11,2, etc.

 

 

 

 

 

 

14,52 

    Detalle propio de Mc. Muchos comentaristas ven en este joven al mismo evangelista..

 

 

 

 

 

 

 

14,60 

    Como en Mt 26,62, también se traduce; "¿Nada respondes a lo que éstos atestiguan contra ti? .

 

 

 

 

 

 

14,61 

    Calificativo que sustituye al nombre de Yahvé, cuya pronunciación evitaban los judíos. De igual modo "el Poder" en el v. 62.

 

 

 

 

 

 

14,65 

    "escupirle a la cara" D Vet. Lat. (a f). Texto de Cesarea, Pesitta,- "escupirle encima y cubrirle la cara con un velo" la mayoría de los mss, por harmonización con Lc 22,64. Adic.; "¿Quién es el que te ha pegado?", testimonios de valor secundario, por harmonización con Mt 26,68 y Lc 22,64. Si Mc no menciona ni el velo ni la pregunta, la escena no tiene carácter adivinatorio y se limita a ser una ilustración de los ultrajes al profeta anunciados por Is 50,6.

 

 

 

 

 

 

14,68 

    Este primer canto del gallo que no inmuta a Pedro y la falsa salida que le acompaña resultan extraños y llevan a presentir un relato primitivo que solamente contenía una negación, con canto del gallo y salida. Su culminación con dos relatos paralelos, procedente de otras tradiciones, produjo la cifra tradicional de tres negaciones: 14,30p .72p; ver Jn 13,38; 21,15-17. La combinación de los textos, perceptible en Mc ha sido difuminada en Mt y Lc, que han suprimido el primer canto del gallo y restringido (o eliminado, Lc) la primera falsa salida; ésta está sugerida en Jn por la separación entre la primera negación, 18,17, y las otras dos 18,25-27.

 

 

 

 

 

 

15,8 

    Esta indicación supone que el Pretorio se hallaba en un lugar elevado, lo cual se justifica mejor tratándose de la colina occidental, donde se hallaba el antiguo palacio de Herodes el Grande.

 

 

 

 

 

 

15,9 

    En Mc, la muchedumbre llega al Pretorio para pedir el indulto de un preso, sin pensar en el caso de Jesús. Pilato es el que se aprovecha de esta petición para proponer el indulto de Jesús y librarse de ese modo de un caso embarazoso; pero los sumos sacerdotes desbaratan su maniobra contraponiéndole el nombre de Barrabás. Mt 27,17 ha perdido estos matices atribuyendo a Pilato la torpeza de proponer él mismo la elección entre Barrabás y Jesús.

 

 

 

 

 

 

15,21 

    Alejandro y Rufo eran sin duda conocidos de la comunidad romana donde Marcos escribió su evangelio. Ver Rm 16,13.

 

 

 

 

 

 

15,25 

    Nueve de la mañana o, en sentido más amplio, el tiempo entre las nueve y el mediodía.

 

 

 

 

 

 

15,27 

    Adic., v. 28. "Y se cumplió la Escritura que dice: Ha sido contado entre los malhechores". Is 53,12. Ver Lc 22,37.

 

 

 

 

 

 

15,34 

    Forma aramea, Elahí, transcrito Eloí quizá bajo la influencia del hebreo Elohím. La forma Elí dada por Mt es hebrea; es la del texto original del salmo y explica mejor el juego de palabras de los soldados.

 

 

 

 

 

 

15,39 

    Lc hace decir al centurión "Ciertamente, este hombre era justo", 23,47. Ha visto, pues, en Mc 15,39 una alusión al texto de Sb 2,18. "Si el justo es hijo de Dios, el lo rescatará y lo librará del poder de sus adversarios". Es un anuncio velado de la resurrección, que será confirmado por el descubrimiento del sepulcro vacío, 16,1-8. La profesión de fe del centurión forma inclusión con la proclamación de la voz celeste en el bautismo de Cristo, 1,11 (ver 1,1+).

 

 

 

 

 

 

15,40 

    Probablemente la misma a la que Mt 27,56 llama madre de los hijos de Zebedeo.

 

 

 

 

 

 

15,43 

    Es decir, del Sanedrín.

 

 

 

 

 

 

15,44 

    Var.: "si efectivamente había muerto ya".

 

 

 

 

 

 

16,1 

    El fin de las gestiones de las mujeres, en Mc seguido por Lc, no es tan probable como una piadosa "visita" supuesta por Mt 28,1 y Jn 20,1. Sea lo que fuere de la guardia del sepulcro, solamente mencionada por Mt, hubiera sido poco natural abrir el sepulcro después de un enterramiento de día y medio, y el proyecto de ungir el cuerpo de Jesús no concuerda bien con lo que Jn 19,39s dice del cuidado puesto por José de Arimatea y Nicodemo. Pero Mt 26,12p y Jn 12,7 son testigos a su manera de que la forma en que se sepultó a Jesús había preocupado a la primera comunidad y fue explicada de diversas maneras.

 

 

 

 

 

 

16,2 

    Var. "habiendo salido el sol".

 

 

 

 

 

 

16,8 

    Según Mt 28,8; Lc 24,10 .22s; Jn 20,18, las mujeres hablaron. Si no se supone que el mismo Marcos lo decía en  la continuación de su evangelio que se habría perdido para nosotros (ver  la nota siguiente) , se ha de admitir que prefirió callarlo para no obligarse a dar un relato de las apariciones que había decidido no añadir a su evangelio.

 

 

 

 

 

 

16,9 

    El "final de Marcos", vv. 9-20, forma parte de las Escrituras inspiradas; es considerado como canónico. Esto no significa necesariamente que haya sido redactado por Marcos. De hecho, se pone en duda su pertenencia a la redacción del segundo evangelio. -Las dificultades proceden ante todo de la tradición manuscrita. Varios mss, entre ellos el Vat. y Sin., omiten el final actual. En lugar del final ordinario, un ms da un final más breve que es continuación del v. 8; "Ellas refirieron brevemente a los compañeros de Pedro lo que se les había anunciado. Luego, el mismo Jesús hizo que ellos llevaran, desde el oriente hasta el poniente, el mensaje sagrado e incorruptible de la salvación eterna. Cuatro mss dan a continuación los dos finales, el breve y el largo. Finalmente, uno de los mss que dan el final largo, intercala entre el v. 14 y el v. 19 el fragmento siguiente: "Y estos alegaron en su defensa- Este siglo de iniquidad y de incredulidad esta bajo el dominio de Satán, que no deja que lo que está bajo el yugo de los espíritus impuros reciba la verdad el poder de Dios; manifiesta, pues, ya desde ahora tu justicia. Esto es lo que decían a Cristo y Cristo les respondió: El término de los años del poder de Satán se ha cumplido, pero otras cosas terribles se acercan. Y yo he sido entregado a la muerte por los que pecaron, para que se conviertan a la verdad, y no pequen mas, a fin de que hereden la gloria espiritual e incorruptible de justicia que esta en el cielo". La tradición patrística presenta también cierta fluctuación. -Añadamos que entre el v. 8 y el v. 9 hay en el relato solución de continuidad. Por otra parte es difícil admitir que el segundo evangelio en la primera redacción se detuviera bruscamente en el v 8. De aquí la suposición de que el final primitivo desapareció, por causas desconocidas de nosotros, y que el final actual fue redactado para llenar la laguna. Se presenta este como un resumen de las apariciones de Cristo resucitado, cuya redacción es sensiblemente diferente de la manera habitual de Marcos, concreto y pintoresco. Sin embargo, el final actual es conocido desde el siglo II por Taciano y San Ireneo, y se encuentra en la inmensa mayoría de los mss griegos y otros. Si no se puede demostrar que haya tenido a Marcos por autor, lo cierto es que constituye, según la frase de Swete, "una auténtica reliquia de la primera generación cristiana".