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Carta del adviento 2014
No sabré decirlo de un modo contundente, impactante, convincente, eficiente, pero tengo que decirlo como puedo, como sé: DIOS VIENE...
Anuncio y grito, desde este pliego de papel y desde el fondo de mi alma, el ¡Adventus Domini!
Éste es mi deseo: Domine, labia mea aperies (lo sé, lo deseo, lo suplico), et os meum anuntiabit laudem tuam (porque de Dios sólo en alabanza puede hablarse, porque todo lo hace bien siempre), Señor, abrirás mis labios, y mi boca proclamará tu alabanza. El creador del cielo y de la tierra, el Dueño de todo, el Poderoso, el Eterno, Dios viene, viene siempre. Porque aunque le neguemos, El permanece fiel, porque no puede negarse a sí mismo (2 Timoteo 2,13) y El es Amor (Iajuan 4,8), eterna misericordia (salmo 135)
Y viene a todos, a cada uno, a cada hombre, a cada mujer.. . Viene a ayudarnos, a mejorarnos, a darnos crecimiento y plenitud, a librarnos del mal, a darnos su vida, su amor, a salvarnos. No viene a molestar, a fastidiar, a aprovecharse de nada ni de nadie.
- No viene a molestar, Dios no ocupa sitio y lo llena todo. Sólo Dios basta (TERESA DE JESÚS).
- No viene a fastidiar, es falso, no es verdad, pertenece al mundo de la mentira, el mundo del Maligno, Príncipe de la mentira, ese refrán cínicamente jocoso que se ha extendido a finales del siglo XX, que dice: "todo lo bueno o es pecado o engorda". Es falso, no es verdad.
- No viene a aprovecharse de nada ni de nadie. La Iglesia reza así en un prefacio: Pues aunque no necesitas nuestra alabanza, ni nuestras bendiciones te enriquecen, tú inspiras y haces tuya nuestra acción de gradas, para que nos sirva de salvación, por Cristo, Señor nuestro (tiempo ordinario IV)
- Viene a ayudarnos, a decirnos como al ciego de Jericó: ¿Qué quieres que haga por ti? (marcos 10,51). Siete veces al día, desde donde sale el sol hasta el ocaso, la Iglesia inicia la oración repitiendo: ¡Dios mío, ven en mi auxilio!
- Viene a mejorarnos, lo mismo que al criado del centurión. Le dijo: Tengo en casa un criado, que está paralítico y sufre mucho. ..Y Él dijo: ¡Voy Yo a curarlo! ()
- Viene a darnos crecimiento y plenitud,
- Viene a librarnos del mal, y a quitar el pecado del mundo
- Viene a darnos su vida, su amor, a salvarnos
- Viene el Espíritu Santo: El Espíritu Santo es el artífice de las obras de Dios, es el Maestro de la oración (catecismo de la iglesia católica 741)
- Viene el Hijo, enviado del Padre: Desde el comiendo y hasta la consumación de los tiempos, cuando Dios envía a su Hijo, envía siempre a su Espíritu: la misión de ambos es conjunta e inseparable (CEC 743)
- Viene el Padre Todopoderoso: Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo he estado con vosotros, y todavía no me conoces, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo dices tú: “Muéstranos al Padre y nos basta? Yo y el Padre somos uno (Juan 14,9)
- Vienen los Tres, cargados de dones y promesas: Es el Dios de Abrahán, Isaac y Jacob. El Dios de la Teofanía de Manbré, que pasa a nuestro lado y se para con nosotros y acepta nuestra hospitalidad. La Santa Trinidad divina viene cargada de dones y regalos, porque el amor es así:
- El don de su presencia y cercanía. Éste es el primer don: su existencia, su presencia a nosotros, permaneced en mí como Yo en vosotros: su interés permanente por nosotros. Como el Padre me ha amado, así os he amado Yo
- El don de su Palabra
- El don de su Alianza en el Espíritu; fuerte Alianza la del Espíritu, incomparablemente más fuerte que las alianzas y pactos humanos.
- El don de su Iglesia. Todo don de Dios nos hace más eclesiales, más fraternos.
- La promesa de la vida eterna y su anticipo en la Eucaristía y los sacramentos. Al amor le gusta la palabra "siempre". El amor crea futuro.
- Viene la Gloria del Señor
- A habitar en medio de nosotros (como anunciaron los profetas)
- Incluso en medio del sufrimiento y la tribulación
- Como un anticipo misericordioso de lo que nos espera: En la alegre esperanza del retorno glorioso de Jesucristo, al final de los tiempos.
En la espera inmediata, con toda la Iglesia, de las ya próximas fiestas de Navidad, misterios entrañables de imborrable memoria.
Plegarias de Adviento
Semana 1a
Concédenos, Señor Dios nuestro,
Permanecer alerta a la venida de tu Hijo,
Vara que cuando llegue y llame a la puerta
Nos encuentre velando en oración
Y cantando su alabanza.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Semana 2ª
Señor todopoderoso, rico en misericordia,
cuando salimos animosos al encuentro de tu Hijo,
no permitas que lo impidan los afanes de este mundo;
guíanos hasta Él con sabiduría divina
para que podamos participar plenamente de su vida Por nuestro Señor Jesucristo...
Semana 3a
Estás viendo, Señor, cómo tu pueblo
Espera con fe la fiesta del nacimiento de tu Hijo;
Concédenos llegar a la Navidad,
Fiesta de gozo y salvación,
Y poder celebrarla con alegría desbordante.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Alma redemptoris mater
Virgen Madre del Redentor Puerta siempre abierta de los cielos
Estrella del mar,
Socorre a todo el que cae y quiere levantarse.
Tú que engendraste, ante la admiración de toda la naturaleza, a tu santo Creador, Virgen antes y Virgen después del anuncio del ángel Gabriel,
Ten piedad de tus hijos pecadores